En un mundo cada vez más digital, la tecnología llega con fuerza a los centros educativos, fundamentalmente a través de conexiones wifi, pizarras digitales conectadas al wifi, smartphones, ordenadores portátiles o tabletas. Todas ellas, usadas como instrumentos escolares habituales para los niños.
Y es que la tecnología en el aula ha llegado para quedarse, y se ha convertido en una opción muy interesante a disposición de los docentes, escolares, y también como ayuda para una dinamización de las clases en las aulas.
En esta situación, vamos a detallar algunas de las principales ventajas que representan las nuevas herramientas tecnológicas en el campo educativo. En cuanto a las clases, son mucho más amenas, ya que son más prácticas, dejamos la teoría en un segundo plano; nos permiten un acceso a la información de forma rápida y fácil; la actualización de los contenidos es continua y nos resulta mucho más fácil la descarga de los mismos, su presentación es más dinámica, eficiente y llamativa, lo que nos permite que el alumno esté siempre atento; está al alcance de nuestras manos; nos permite ahorrar tiempo; el envío de los correos electrónicos, está a disposición de los usuarios, agiliza la evaluación de los alumnos, fomenta el trabajo en equipo y los alumnos son más colaborativos. Por último, también podemos destacar que la educación tiene un peso mucho más didáctico e innovador en cuanto a materiales propios de la formación cotidiana de nuestros días.
A pesar de las grandes posibilidades que ofrecen las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación, las desventajas o peligros potenciales, también pueden afectar a los usuarios directa o indirectamente. Por ello, vamos a citar algunas de éstas. La necesidad de una cualificación o un aprendizaje previo que pueda otorgar una capacidad a los alumnos se hace imprescindible en el uso de estas herramientas; también debe haber una capacitación adecuada del profesorado y una disposición que favorezca una integración en las clases diarias; el riesgo de que un profesor no esté pendiente o no controle el uso que den los alumnos a la tecnología, sin supervisión se convierte en un riesgo; no es siempre veraz la calidad de la información que nos encontramos en la red; la gran cantidad de tiempo que tiene que invertir el profesor en la programación y la planificación del uso de la tecnología; la adquisición de una herramienta tecnológica y su mantenimiento, implica una importante inversión económica.
Como conclusión, las nuevas tecnologías en el aula favorecen clases más participativas y accesibles. Las opciones para aprovechar la tecnología son muy extensas y están en manos de los padres y tutores, profesores y el sistema educativo en general.
¡Aprovechemos las grandes ventajas de las TIC y hagamos que nuestros niños aprendan a hacer un buen uso de las mismas!
Autora: Ana García